lunes, 31 de mayo de 2010

Excelente !!!! Leela.... Sobre el Colon de Sandra Russo.

Civilizados y bárbaros
Era previsible, aunque aun así parecía descabellado: a la magnífica fiesta del Bicentenario iba a seguirle el revival de una de las falsas opciones no saldadas de la argentinidad. Era previsible quizá precisamente por lo descabellado, porque la reacción es así, siempre fue así, salvaje, demente en su capricho de etiquetarse superior a los otros. Pero aun así, no deja de azorar el incipiente replanteo del binomio civilización o barbarie. Esa es la estructura, el mito que late bajo las impresiones de algunos analistas de derecha. Es que es un mito fundante de la derecha argentina. La opción entre civilización y barbarie tiene un solo emisor, puesta en términos de la comunicación, y es después de todo una vigorosa comunicación histórica. Quien emite, en su origen y luego a lo largo de 200 años, da por cierto, al hacerlo y por el solo hecho de afirmar (se trata de una afirmación) que hay algo arriba, antológicamente, y algo abajo. La frase admite una superioridad.
Las palabras pueden ser reemplazadas, pero el enfoque es el mismo. La cultura o la ignorancia, lo blanco o lo negro, lo europeo o lo latinoamericano, los seres pensantes y la masa, el Colón o la 9 de Julio, lo exquisito y lo popular. Sólo algunas veces en la historia el sentido común argentino fue perforado por la inversión de los términos.
Pero esta vez, si uno enfoca sin mucho esfuerzo la escena, ve que en lo exquisito se coló Ricardo Fort, que no tiene pruritos con las bellas artes, ya que le dice al movilero que su familia ha tenido toda la vida un palco en el Colón. La nota con Fort se interrumpe porque llega Cobos. Todos llegan con sus galas, que son parte constitutiva del artificio de “lo exquisito”. Aquí las formas lo son todo. Las señoras han sacado a relucir las pieles que ya con esto de la ecología se usan poco. Incluso han podido sacar de las cajas de seguridad las joyas, en un gesto patriótico que ha dejado en suspenso el miedo de vivir en este país, la inseguridad reinante en este país. Travestido en un teatro dador de Oscar más que de obras de arte, el Colón tiene alfombra roja para que allí las estrellas den las notas.

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