sábado, 6 de febrero de 2010

Miren quién viene? De la cantera de Boca

A Eduardo Petrini le atribuyen el verdadero poder en el IVC. Y también que Roberto Apelbaum haya renunciado a su cargo, presuntamente desgastado por la mala relación con este director del organismo que lo reemplazará. El hombre que siempre manejó la caja, situación que ahora quedará blanqueada, se relacionó con Mauricio Macri en Boca Juniors a mediados de la década del ’90. En 1996, con una tarjeta de asesor presidencial –del ingeniero y ex mandamás boquense– concretó la compra de un ignoto delantero que provenía del club Osorno chileno, Pedro Enrique González, a valores que sonrojarían a cualquier especialista en fútbol: 1.250.000 dólares. Influyente en el mercado chileno –una buena pista para investigarlo desde sus orígenes–, Petrini hizo creer allá por diciembre de 2001 que un tal Jorge Garcés, técnico del equipo Santiago Wanderers, podría reemplazar al exitoso Carlos Bianchi tras su primer ciclo en Boca Juniors. Obviamente, su contratación nunca ocurrió. Este personaje que cuando ingresó al IVC confesó que nada sabía de políticas de vivienda, conoce sí de mercados emergentes en el fútbol. Colocó jugadores del club que presidía Macri en China, Rusia y Ucrania. Y como Andrés Ibarra, otro funcionario que tiene línea directa con Macri desde el Ministerio de Educación y maneja la caja de esa cartera, llegó a la función pública desde Boca. En 2010, Petrini dispondrá de un presupuesto de 307 millones en el IVC.

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